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The Rittel and Webber 10 characteristics that help you track and recognize a wicked problem

Inspired by “Characteristics of wicked problems” (Rittel and Webber, 1973)

This was a call to all Bauhaus students by dean Lucius Burkhard and inspired us to think about how we can define problems in the first place.

The last two years have taught us that things are not black or white. Especially our two year engagement with Connective Cities and local administrations highlighted how global crises (pandemic, climate crisis, war, environmental catastrophes) trigger creativity in the ways we think about solutions but also demand for new ways of diagnosing problems.

We decided to share some of our learnings from academia and practice since we are lucky enough to have learnt and experienced some great ways to diagnose challenges and tackle them.

One of the key ingredients for an innovation mindset is understanding the problem and defining it properly. An easy to memorize, but hard to apply statement that obliges us to find different ways to approach the problems in order to be as accurate as possible along the Design Thinking process.

Usually related to public or social innovation, wicked problems exist in all spheres of life. It doesn’t matter if we are facing a personal, social, political or corporate challenge, if we dig properly we’ll find that some problems are “impossible to solve”. According to Rittel and Webber (1973) there are 10 characteristics that help you track and recognize a Wicked Problem.

  1. There is no definitive formulation of a wicked problem.
  2. Wicked problems have no stopping rule.
  3. Solutions to wicked problems are not true-or-false, but better or worse.
  4. There is no immediate and no ultimate test of a solution to a wicked problem.
  5. Every solution to a wicked problem is a “one-shot operation”; because there is no opportunity to learn by trial-and-error, every attempt counts significantly.
  6. Wicked problems do not have an enumerable (or an exhaustively describable) set of potential solutions, nor is there a well-described set of permissible operations that may be incorporated into the plan.
  7. Every wicked problem is essentially unique.
  8. Every wicked problem can be considered to be a symptom of another problem.
  9. The existence of a discrepancy representing a wicked problem can be explained in numerous ways. The choice of explanation determines the nature of the problem’s resolution.
  10. The planner has no right to be wrong. 

Challenging, isn’t it? And that’s the idea. If we truly demand ourselves to frame wicked problems according to these characteristics, we’ll definitely boost creativity along the Design Thinking process, because the greatest ideas come from truly understanding the nature of the greatest challenges.

Pssst… we designed a digital poster with the “10 Characteristics to identify wicked problems” Do you want it? Send us a message and it’ll be yours.

Keeping the Connective Cities Global Exchange Alive

2020, Kiel and Weimar, Germany

Let’s keep the Connective Cities Global Exchange alive!

After such an intense Community Event filled with personal story sharing moments we decided to capture Good Practices in a series of:

– 2 documentary movies
– 5 podcasts
– 10 interviews.

Through these audiovisual products, we’ll let you know the people behind some of the projects that helped to tackle the COVID-19 crisis in several municipalities around the Globe during 2020 that will raise our hope for 2021.

Our first Connective Cities‘ stop: Weimar

A city that attracts thousands of tourists from all over the world every year. Watch how did the local city guides, hoteliers and small shop owners react to the lockdown? And what did the local authorities do?

To continue our documentaries we traveled to #Kiel, where we captured deep insights from a city that, as a digital champion, had to adapt quick in order to keep its Startup community alive and cope with several Social Media besides the challenging circumstances.

Watch our second stop through this 7 minute exclusive documentary.

Special credits to: Alexander Orth Imke Schröder Jesko-Alexander Zychski Lina Ries Connective Cities

Produced by: NowHere Media  Anatol Kowalewski Marzavan Innovation

La 2ª puntada. Campo Virtual Latino por Brigitta Villaronga

El pasado 13 de agosto, en este mismo blog, compartimos la primera parte de una maravillosa entrevista a nuestra amiga y colega: Brigitta Villaronga. Una conversación tan interesante y llena de significado que nos invitó a hacer una pausa y continuar en esta nueva entrada con ella.

Junto a Brigitta y un grupo de profesionales de alto nivel, creamos Campo Virtual Latino, una iniciativa digital que inició en mayo de 2020 y que, a la fecha, sigue dando frutos como plataforma de sólo de capacitación, gestación y promoción de nuevas realidades para las comunidades remotas de América Latina.

Change Darer: Hola Brigitta, bienvenida de nuevo y gracias por darnos este espacio. Retomando la entrevista anterior, pudimos recordar lo vivido en CVL y, en particular, los proyectos que potencialmente vimos nacer en él. Podrías contarnos ¿qué pasó con estos asistentes? ¿Qué pasó con sus proyectos? ¿Qué pasó con CVL?

Brigitta Villaronga: ¡Con los 350 asistentes! Algunos pagaron, pero nos dimos cuenta que la situación económica no permitía a la mayoría de personas pagar una boleta de entrada, entonces decidimos dar becas para que mucha gente pudiera participar y capacitarse.

Tuvimos asistentes de diferentes entidades, desde interesados naturales hasta invitados por los facilitadores, quienes recibieron dos becas cada uno para invitar a asistentes. A estas becas las llamamos viajes.

El becado podía tener un viaje corto de dos días de aprendizaje en línea o un viaje largo con los dos días más el evento inaugural y el proceso de aplicación de las dos semanas siguientes, donde se recibían diferentes propuestas.

Al principio no teníamos tantas propuestas, pero con el tiempo fueron aumentando, pues lo importante era dejar espacio para lo quería emerger. Las dos semanas las habían diseñado de forma muy linda nuestros especialistas y creo que tuvo una muy buena acogida. Pasaron cosas muy bellas. Algunas propuestas se concretaron y algunos siguen conectados en la plataforma de cara a lo que queda del año, al futuro.

Una propuesta que surgió del Diseño de Pensamiento fue: El Mar Latino. Y justo ahora salió una convocatoria para que esta se pueda concretar como una iniciativa real.

También hubo una propuesta educativa. La verdad, no sé su status actual, pero sé que hay mucha gente involucrada, pues saben que la educación es fundamental para el futuro de la región. Sobretodo ahora que los chicos tienen que empezar a aprender y manejar lo virtual.

Por otro lado tenemos una propuesta que gira alrededor del diálogo, de cómo dialogamos, de cómo organizamos un diálogo para relacionarnos de otra manera, de cómo apreciamos la diversidad en vez de entrar en el conflicto y de cómo utilizar el diálogo como herramienta para salir del conflicto.

CVL ha sido una chingada chévere con mucho ñeque, personas increíbles y puro amor. Y eso es lo que se necesita en este mundo, pensar más y ver más con el corazón.

Brigitta Villaronga

Por último, tenemos una propuesta de la parte rural, apoyada por nuestro compañero Juan Adolfo, relacionada con Minganet, de Martha Giraldo de Colombia, que ya tenía desde antes una propuesta plasmada y hoy están viendo cómo pueden unir esfuerzos.

Ahora, en cuanto a qué pasó con CVL, les cuento que, desde hace un mes, estamos entregando a la GIZ una propuesta de aprendizaje llamada el CVL Academy. Una propuesta de aprendizaje que empezó pequeña pero hoy ya tiene 180 participantes en Bolivia a los que estamos capacitando en dos grupos: uno a través de Zoom con muchas herramientas y otro, en Microsoft Teams, con algunas restricciones tecnológicas.

Acá cabe resaltar que es muy complejo llevar 180 personas a través de una capacitación cuando Bolivia está atravesando por tantos problemas, los recursos están escaseando, tienen problemas de agua y de luz, la conectividad es bastante mala, de vez en cuando con las tormentas se cae la conexión. Sin embargo lo estamos sacando adelante y dentro de poco vamos a terminar. Ya estamos en el segundo de tres módulos. Ya para terminar con contexto, en este programa enseñamos herramientas, gestión de proyectos y liderazgo y el arte y la magia de la facilitación virtual.

Change Darer: ¡Es decir que tenemos CVL para rato! ¿Podrías contarnos algo de los planes que tienen a futuro?

Brigitta Villaronga: pues les cuento que, con el apoyo de nuestra querida Daniela, hemos empezado a pensar en plasmar todo esto en una empresa, una red o una cooperativa. Decidimos entonces que lo que es ahora el CVL Academy (lo que estamos haciendo para la GIZ en Bolivia) es nuestro segundo producto mínimo viable.

Ahora tenemos que ver cómo podemos mejorar cada semana con iteraciones, retrospectivas y retroalimentación de nuestro cliente. Por ejemplo, al principio tuvimos bastantes dificultades y mal entendidos acerca de las competencias de los participantes. Pensábamos que sabían mucho más de Zoom y al final no, pero bueno, pudimos que adaptarnos y crear equipo.

Entonces, el CVL Academy es una propuesta bien interesante que vamos a analizar bien en septiembre, con el cliente y con el equipo, para decidir si seguimos con la idea de fundar algo conjuntamente o si algunos simplemente quieren ser empleados y ver cómo nos va con los contenidos y la gestión del proyecto.

Otra idea para el futuro es tener espacios abiertos como los tuvimos al final del proceso en mayo. Por ahora estamos enfocadas en terminar este primer proyecto de CVL Academy.

Change Darer: ¡Pues así es, tenemos todo el deseo de seguir siendo parte de CVL! Ya estando a punto de terminar, podrías contarnos con tus palabras, ¿qué significa CVL para ti? y ¿podrías describir a CVL con una sola palabra de aquellas imposibles de traducir?

Brigitta Villaronga: Para mí significa esperanza, significa un Arca de Noé, la cual hemos embarcado todos los que pensamos que es necesario y posible un futuro diferente para la región. Ha sido agotador muchas veces y lo sigue siendo y por eso necesitamos ponerle “ñeque”, que no sé de dónde lo saqué pero significa algo muy especial para mí… es ese toquecito especial. También podría significar la chingada, como dicen los mexicanos, es decir que puede ser cualquier cosa, a veces lo máximo o de vez en cuando lo contrario.

Ahora, la primera frase que vino a mi mente es: que es muy chévere. Y eso es muy colombiano. Colombia me marcó positivamente y le debo mucho a ese país. La amo como si fuera mi tercera patria, la primera es Alemania y la segunda España (Cataluña).

Entonces, CVL ha sido una chingada chévere con mucho ñeque, personas increíbles y puro amor. Y eso es lo que se necesita en este mundo, pensar más y ver más con el corazón.

Change Darer: ¡Mil gracias por todas estas respuestas!. Se nota que fuiste una de las primera personas que, un día, hace mas que un año, nos llamó y no dijo: ¡yo soy un change darer! ¡Quiero aprender más!

Ya para cerrar: Cuéntanos sobre tu viaje personal de change darer a confluencer y cuál fue le rol de CVL en este viaje de desarollo personal.

Brigitta Villaronga: Hace un año quería volverme influencer a través de redes sociales y medios digitales, pues creo en usar la tecnología para hacer bien, para mejorar los proyectos de desarrollo, porque ahí está el futuro. El mundo siempre está cambiando, no podemos imaginar cómo será en 5 ó 10 años. Cosas que usamos hoy en día hace, 20 años apenas habían sido pensadas.

En fin, en otoño hice un coaching sobre este tema y terminé adoptando la palabra co-fluencing. En español, co-fluenciar tiene el significado que yo le quiero dar. En vez de estar influenciando gente, yo quiero que co-fluenciemos hacia una meta en común, hacia una visión que tenemos que elaborar de forma colaborativa y co-creativa de un mundo mejor para más gente, incluyente y con un buen vivir para más personas.

Por eso creo que el CVL ha sido ¡el proyecto! No es raro, pero sí es diferente, es el futuro y lo tenemos que combinar con lo análogo. Nuestra fuente y valores tienen que estar alineados con lo que hacemos y las visiones que tenemos. Entonces el CVL es la carnecita, es el corazón de lo que yo quiero hacer a futuro como co-fluenciadora y Change Darer. Hay que atreverse a hacer el cambio que queremos ver en el mundo y yo agradezco muchísimo a todos los que han hecho parte y van a hacer parte de eso.

Y bueno, mi siguiente paso será plasmar todo eso en mi página web y concretar los servicios personales que quiero brindar.

Muchísimas gracias y que la fuerza esté con todos nosotros. ¡Chao!

La 1ª puntada. Campo Virtual Latino por Brigitta Villaronga

En mayo de 2020, junto a Brigitta y Charo, organizamos y desarrollamos el concepto de Campo Virtual Latino (CVL), un proyecto que, entre muchos otros logros, nos permitió introducir el Design Thinking como herramienta para ayudar a las comunidades remotas de América Latina a permanecer activas y defender sus intereses durante los tiempos del COVID-19 a pesar de las amenazas propias de esta y la naturaleza misma de una región sacudida por crisis desde antes de este año.

Una experiencia enriquecedora que nos permitió conocer nuevas e increíbles personas y acercarnos aún más (desde la distancia) a aquellas que siempre han aportado valor y pasión a nuestra vida profesional.

Hoy queremos brindarle un espacio a Brigitta Villaronga, una de las mentes detrás de esta iniciativa, para que nos cuente cómo empezaron a tejer este bonito telar llamado Campo Virtual Latino.

Change Darer: Hola Brigitta, es un honor tenerte como la primera entrevistada de nuestro blog y poder escuchar de primera mano cómo se sembró la semilla de lo que hoy conocemos y disfrutamos como Campo Virtual Latino. Cuéntanos ¿qué las inspiró a crear este espacio? ¿y cómo se inspiraron para simbolizarlo con un telar?

Brigitta Villaronga: ¡Hola! Para mi también es un gran honor ser la primera en compartir ideas e inspiraciones en este blog.

¿Cómo se sembró la semilla? En realidad, nuestro colega y amigo Holger Nauheimer, fundador de los Burning Change Days, nos escribió el 28 de febrero diciendo que al parecer 2020 sería como otros años de crisis, en los que se han cancelado eventos y se ha dejado de financiar los momentos de capacitación de las empresas. Esto, para toda la red  y comunidad de consultores en capacitación y gestión de cambio, podía ser un problema, ya que seguramente faltarían encargos y contratos.

Entonces, él fundó Virtual Collaboration Works e invitó a las personas que le parecían las más adecuadas para su red. De ahí surgimos unas 30 personas con las que creamos una realidad hasta finales de marzo manifestada en un campus virtual y yo, como a las 3 semanas, pensé que esto lo teníamos que llevar a América Latina, pues esta región padecería aún más los efectos de esta crisis.

Siendo así, le pregunté a mi querida amiga y colega Charo, si se lanzaba conmigo, pues éramos las dos latinas del proyecto del VCW. Entonces yo llamé a la red que ya conocía desde hace 10 años, cuando era directora de una oficina de la cooperación internacional con sede en Lima, ella llamó a su gente y ahí empezamos a pensar juntos. De la mano de este equipo, al mes ya habíamos creado nuestra propuesta de CVL.

“vean, les vamos a poner un telar y todos somos un tejido, todos hacemos esa nueva realidad, no podemos esperar a que alguien nos vaya tejiendo algo, vamos a presentar una nueva realidad, la tenemos que tejer todos juntos”

Brigitta Villaronga

Ahora, al telar surgió cuando buscamos una metáfora que funcionara para la gente indicando que no vamos a crear simplemente una academia sino una nueva realidad a partir de lo virtual. Y, con el tiempo, nos dimos cuenta que la metáfora del telar significa y simboliza la cosmovisión andina en casi todas las culturas de América Latina, que tiene una importancia tremenda, pues, a parte de ser una parte cultural de todos los pueblos, en el telar también se tejen los aprendizajes y lo más importante de la cultura. Y, sobre todo, con sus múltiples colores, nos permitía decir: “vean, les vamos a poner un telar y todos somos un tejido, todos hacemos esa nueva realidad, no podemos esperar a que alguien nos vaya tejiendo algo, vamos a presentar una nueva realidad, la tenemos que tejer todos juntos”.  Y eso lo hicimos como equipo del CVL y con todos los participantes, quienes así se convirtieron en tejedores.

Entonces, así creamos el primer anillo de tejedores, un equipo conformado por unas 15 ó 20 personas. Después vinieron los tejedores del segundo anillo, los capacitadores, como ustedes. Dentro de los cuales, cabe anotar que Daniela también hizo parte del primer anillo y nos ayudó mucho a concebir todo el proyecto y a pensar en cómo podíamos integrar momentos de incubación usando el Design Thinking. Y, así mismo, pensamos que los tejedores del tercer anillo serían los mismos participantes, para que no se sintieran como simples consumidores de una propuesta, sino para que también pudieran tejer una nueva realidad desde lo virtual. 

Ya para concluir esta respuesta, sabíamos que el mundo de marzo de 2020 sería completamente diferente al marzo de 2019. Lo virtual ha llegado, ha llegado para quedarse y esto ya no se irá. Hay que aprender a vivir no solo con esa realidad sino aprovecharla para un mejor desarrollo para más gente. Y sabíamos que había mucho que aprender, nosotros mismos hemos aprendido muchísimo y queríamos compartir con los que están más necesitados. Y así lo vemos hoy, en agosto, casi en septiembre de 2020, con una América Latina que nos comprueba que se necesita mucho apoyo durante y después de esta crisis sanitaria, pues vamos a enfrentar probablemente la peor crisis económica desde la Primera Guerra Mundial. Entonces necesitamos hacer algo, necesitamos crear nuevas propuestas a partir de lo virtual.

Change Darer: ¡Muy interesante! Sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias y dificultades que hemos venido viviendo desde el primer semestre de este año. Algo que inevitablemente me lleva a preguntarte ¿cuáles fueron las barreras que encontraron para llevar a cabo el proyecto? y, mejor aún ¿cómo lograron superarlas?

Brigitta Villaronga: Yo creo que la mayor barrera fue que teníamos que aprender muchísimo más sobre cómo se hace lo virtual, cómo se facilitan procesos participativos desde lo virtual, cómo se usan las herramientas, las plataformas, cuáles se pueden usar. No todas las empresas o entidades, sobre todo del sector público, pueden usar las herramientas que están en el mercado porque están limitadas por el tema de seguridad de datos. Y esos son problemas vemos ahora, cuando estamos ya implementando por encargo. Por ejemplo, con la Cooperación Alemana tenemos un campo virtual para ellos, uno lo estamos haciendo por Zoom y otro por Microsoft Teams por el tema de protección y seguridad de datos.

La otra barrera fue la divergencia en la visión respecto a lo que queríamos hacer, pues no sabíamos qué era lo que íbamos a construir, no teníamos una idea clara y sólo sabíamos que tenía que ser una propuesta de capacitación. Pero queríamos hacer una propuesta diferente, no sólo cuatro días de capacitación como el Virtual Collaboration Campus (VCC), que es la madre del Campo Virtual Latino, sino más bien un proceso de aprendizaje en el que también se gestara el siguiente tejido. Un telar para varios tejidos.

Entonces el reto era conocernos bien para aprovechar lo mejor de la diversidad del sistema. Y bueno, no nos conocíamos todos. Charo y yo convocamos, por ello, algunos ya nos conocíamos, con otros nunca nos habíamos visto en la vida y había que crear equipo sobre la marcha con solo un mes para armar la propuesta.

Para lograrlo, usamos una herramienta que nos permitió construir equipo y reconocer la diversidad, apreciarla y sacar el mayor provecho de ella para encontrar nuevas soluciones, incluso a los problemas que ya teníamos antes y se han agudizado ahora.

Change Darer: buenísimo, un gran ejemplo de cómo transformar la adversidad en oportunidad. Ahora cuéntanos ¿cómo fue el proceso, y el secreto, para reclutar 52 facilitadores y más de 350 participantes? ¿Qué los motivó a ellos? ¿Cómo los filtraron?

Brigitta Villaronga: Bueno, yo creo que la gran ventaja fue haber sido los primeros en proponer este tipo de iniciativas durante esta crisis. Como lo mencioné, el 28 de febrero se inició el VCC y el CVL ya lo habíamos empezado a construir desde finales de marzo, el primer evento inaugural el 8 de mayo y entre el 15 y 16 ya habíamos hecho entrega de los primeros 2 días en línea, así que fueron apenas 5 semanas de construcción de esta propuesta.

Y entonces, cuando hicimos la convocatoria muchos se sintieron atraídos porque sabían que ahí estaba pasando algo muy interesante e innovador y estábamos, como diría Otto Scharmer, liderando desde el futuro porque sabíamos que esto se iba a quedar y teníamos que empezar a prepararnos.

Entonces creo que reclutar 52 facilitadores fue más o menos fácil. Compartimos esto con nuestras redes, hicimos un proceso muy sistemático de selección, tuvimos criterios para garantizar la experiencia, la pertinencia y, sobre todo, la interactividad y la didáctica, pues el aprendizaje no es de cátedra sino de interacción.

Creo que estaban muy motivados y les dijimos que si había ganancias las íbamos a compartir. Sin embargo no tuvimos grandes ingresos pero sí construimos un equipo con roles administrativos, tecnológicos, de comunicación y mercadeo. Además de un grupo muy ágil dedicado a los contenidos y encargado de seleccionar las propuestas. Este grupo filtró la mitad de las propuestas, dejándonos otra mitad que podemos aprovechar para hacer una siguiente edición de CVL.

Change Darer: Brigitta, muchas gracias por el tiempo y las respuestas de esta primera parte de la entrevista. Definitivamente CVL fue una experiencia que trascendió más allá de cada una de nosotras. Sin ir más lejos cada una de las tejedoras expandió su red y nos permitió tener el apoyo de facilitadores de redes como DTG Spain y Hyper Island entre otras de manera pro bono a este hermoso proyecto social.

Muy pronto revelaremos la segunda e inspiradora parte de esta profunda charla con nuestra querida Brigitta. ¡Los retamos a estar sintonizados!

How to fight corruption with meraki

2015, Belo Horizonte, Brazil

In 2015, with Paulo Emediato, we played ‘The Corruption Game’ with Belo Horizonte’s vibrant creative community: Mesha. This workshop helps reclaim agency by building empathy with the inner predator. All of this, applying empathy through a unique and humane methodology.

Travel with me to 2015, taste how a crisis triggers creativity, see how design thinking enhances this transformation and remember that we can always reveal light from darkness.

The Bauhaus effect

A human centered time travel from Bauhaus to Design Thinking

In the 1920´s, after World War I, Germany was in ruins. Artists and designers of the Bauhaus school of though, created by the architect Walter Gropius at Weimar, were overturned to transform and rebuild German society through design. Here, students were encouraged to experiment across different disciplines: painting, carpentry, printmaking, dance, lettering, among others with the aim of creating objects and art to serve people.

Empathy for others was the engine that ignited the flame of this school of design and is the same reason why Design Thinking is a  tool that helps organizations be more innovative and purpose-driven. Two mindsets that encourage us to be integrative and radically interdisciplinary.

“Form follows function”

When we have an idea or a form that allegedly comes from necessity or desire, we think about all the details that would help solve that challenge, but usually we only have our point of view, our background and education to generate the solution. Then, when we sell or share our idea to others we realize that we have missed a lot of vital information from them. That’s why is so important, from the beginning of the design process, to step outside  from our beliefs and experiences and be willing to listen, see, and learn from other people. Communication and collaborative work is the key to design that idea or thought that functions to every member of the project or community.

Interdisciplinary work means bringing together the best of all the members of your team, their education, knowledge, virtues and experience in an organized and methodical way to resume the assets of each member into the final product, idea or policy. A good communication strategy is the key to get your team through the path of transforming a knot into an idea that changes the world, just as the Bauhaus School did, just as we do through Design Thinking.

We realized that design’s not an intellectual or material issue but something inseparable from everyday’s life in a civilized society

Walter Gropius